lunes, 12 de julio de 2010
Un carro arrolló y mató a Héctor
La muerte no avisa dice el adagio popular. Claro para definir la tragedia registrada el pasado fin de semana cuando en el barrio Mancera, ocurrió un accidente de tránsito donde el conductor de un campero marca Willys, de placa IAE822, color verde, modelo 1967, identificado como Javier Salazar arrolló a Héctor Basto Hernández, de 51 años, quien sufrió un trauma craneoencefálico severo, siendo atendido en el Hospital local y remitido al hospital Departamental de Villavicencio donde falleció horas más tarde. Héctor, miembro de una numerosa familia reconocida por su actividad comercial en el marco de la plaza de mercado tenía su propio local, hoy en arriendo. Dedicado en los últimos años a las comunicaciones principalmente el perifoneo del que derivaba el sustento para su familia. Le gustaba la radio y quería tener su propio espacio radial. Se vinculó este año al departamento comercial del periódico Nuevo Milenio donde dejó ver sus ganas por el arte de las ventas. En el carro en el que hacía el perifoneo también vendía las ediciones del periódico. Devoto religioso asistía a un grupo de oración y se le veía contantemente en la Iglesia del barrio Mancera y Popular. Héctor, casado con Doris Espitia deja seis hijos: un hombre y cinco mujeres, una de ellas vinculada a la Policía Nacional: Duvan, Linda, Estefany, Zulay, Lina y Leidy. Las autoridades investigan esta muerte para establecer la verdadera identidad de quien conducía el vehículo que mató a Héctor, pues según versión de uno de sus familiares al parecer la persona que detuvo la policía minutos después del accidente no es la que algunos testigos vieron en la escena del choque manejando el campero Willys
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